Puedo escribir y no disimular, es la ventaja de irse haciéndo viejo, no tengo nada con que impresionar, ni por fuera ni por dentro.
(Adolfo "Fito" Cabrales)



lunes, 4 de noviembre de 2013

Este es el monólogo al que sometí a mis compañeros de las clases de karate de Campo Real y Arganda en la cena de Navidad del pasado año.
Espero poder seguir haciéndolo todos los años, mientras el cuerpo aguante y vosotros, compañeros,  me aguantéis a mí.

 http://www.youtube.com/watch?v=1UPLzeXRp7E

jueves, 3 de octubre de 2013

José María Ecija (Becerra). Lucha y pundonor.


    En abril de 2.009, volví a tener el privilegio de que una revista como corricolari me publicara un artículo.
    Para mi supuso una alegría por partida doble, por un lado la de volver a ver publicado algo escrito por mí, y por otro lado la de hacer público el reconocimiento a un luchador de la vida y del deporte como es José María Ecija.
  José María actualmente está lesionado. Espero que esta entrada le sirva como inyección de moral para que dé un buen empujón a su recuperación. Le echamos de menos en el grupo y todos deseamos que se restablezca pronto. 
          
              


martes, 27 de agosto de 2013

EXAMEN DE CINTURÓN NEGRO DE KARATE (II) (El desenlace)

                El vestuario está a reventar, solo cabría más gente si nos abrazáramos, no es problema, podrías soportar el más lascivo de los restregones y ni te inmutarías; vives totalmente absorto en el examen.
                El primer ejercicio  de calentamiento es el que  haces  para alcanzar la puerta de salida del vestuario. El segundo es el que haces de regreso, una vez que te percatas que tienes la vejiga   como un balón de playa.
                Sigues con los ejercicios de calentamiento no planificados. Esta vez se trata de un sprint a la puerta del vestuario femenino, donde acabas de ver a tu novia, si,  a tu novia, a la que después de mucho insistirle has traído disfrazada de karateka para que pueda asistir al examen y compruebe de qué pasta esta hecho su chico. Con tu karategui puesto con seis vueltas en mangas y pantalón, sus gafas de sol sujetas en la cabeza, las pulseras puestas  y el nudo del cinturón lo mismo que si la hubieran envuelto para regalo en El Corte Inglés,  parece a Paco Clavel disfrazado de tortuga ninja. La retiras los abalorios y la colocas el cinturón con el ánimo de hacerla pasar desapercibida, pero eso no es posible; te acabas conformando con que parezca una aspirante más a cinturón negro.
                Nadie sabe si le va a tocar salir el primero o el último pero todos calentamos como si fuéramos a salir de inmediato. Esto pierde la lógica cuando después de conocer en qué orden sales, entras en bucle: Calientas, preguntas al enlace del tatami cuantos te quedan, vas a mear y calientas. Te has quedado parado un momento y un voluntarioso compañero de clase se acerca y te dice:

-          Pero muévete un poquito hombre, que con el que va a salir ahora no te quedan nada más que siete. –

Tú, que con el tiempo de calentamiento que llevas, estás a punto de ebullición, le das las gracias por no darle un zuki (golpe de puño).


Has pasado el momento más angustioso,  aquel inmediatamente anterior a tu salida, cuando sin saber por qué acudes, como en tu preparación de deportista de élite (léase la  entrada anterior),  a la visualización. En este caso visualizas como sales al centro del tatami y se te olvida todo, además de verte como te caes de culo en mitad del kata; todo esto acompañado de un sudorcillo frío y un cante intestinal por soleares. Todo muy agradable.
Escuchas tu nombre como si lo hubiera pronunciado Placido Domingo, sales al centro del tatami y te encuentras en frente a cinco señores vestidos como los niños de San Ildefonso. Dos de ellos, te están mirando, otro inclina la cabeza intentando disimular un bostezo, un cuarto está mirando por encima de las gafas al tatami de al lado y el que queda charla animosamente con alguien, también vestido como si fuera de boda, que en ese momento pasa por detrás.
Realizas tu examen, durante el que has perdido la noción espacio-tiempo. Sales y el grupo de compañeros y anexos se te viene encima felicitándote por lo bien que lo has hecho y dando por sentado que apruebas, son los mismos que si suspendes dirán que eso lo sabían ellos desde el primer waza.  
Formas para saludo, van a dar los resultados de la fase técnica.  Aumentas la presión del  esfínter a  veinte atmósferas y  te aflojas cuando oyes tu nombre seguido de la palabra APTO. Has conseguido más de la mitad del examen, ahora queda el resto.
                Dos combates de jiu-kumite (combate sin interrupción) te separan del objetivo. La suerte en los emparejamientos, a bote pronto, te parece dispar. Uno de los contrincantes, el que tiene cara de bonachón,  te saca la cabeza y quince  kilos de peso; el otro es pequeñito y tiene cara de mala leche.
                Mientras estás esperando para salir te arrancas y pegas la hebra con el primero que te toca: el grande. Le ves asequible y atacas.
-          Oye, digo yo, que vamos a ir tranquilos, sin complicarnos la vida. Trabajando y dejando trabajar. ¿Qué te parece? –
Parece interesado en la propuesta.
-          Por mí perfecto, mejor así, tranquilitos   -
Empieza el combate y empiezas a botar, con mucho estilo, comenzáis a hacer técnicas que la más próxima se queda a medio metro, eso sí, con mucho estilo. Ha pasado un ratito y empiezas sospechar que este yo te doy cremita tú me das cremita no va a llegar lejos.
                Se oye el silbato y te parece oír una voz que dice ¡que se besen!, el subconsciente te traiciona, no es ¡que se besen!, es ¡que se acerquen!. Es el presidente del tribunal que os reclama  en la mesa.
-          Vamos a ver, la guitarra y el poncho me los he dejado en casa, con lo que vamos a dejar para otro día cantar todos El himno de la alegría cogidos de la mano -
-          Hagan karate que es para lo que han venido aquí –
Se termina el rapapolvo y acto seguido se abre la veda. El cuarenta y cinco del grandullón golpea contra  tu mejilla derecha moviéndote buena parte de los empastes. Ese pequeño estímulo pone en alerta todos tus sentidos. Tu orgullo clama venganza y te lanzas cual kamikaze contra el que hace un momento era tu grácil compañero de examen. Finaliza el combate. El ímpetu de tu mosqueo ha logrado equilibrar el resultado, de la misma manera que tu incapacidad ha provocado que hayas molido a patadas futboleras el culo de tu oponente; en el denodado intento de devolverle la patada que encajaste.
Aprovechando la inercia de la mala leche que te ha producido el primer enfrentamiento realizas el segundo de manera notable. Te ha quedado claro: no más pequeños estímulos.    
Ha llegado el momento cumbre. Formas de nuevo para saludo. Van a dar los resultados definitivos. Vuelves a escuchar tu nombre seguido de la palabra APTO, si, APTO. Te acercas al tribunal, con la sensación de levitar que provoca tu estado de ánimo. ¿Qué recibes como muestra conmemorativa de tu logro?.... un Pin, si un pin, un pin que guardarás como si fuera una insignia de oro y brillantes. En el estado de euforia que te encuentras le darías  un pico, pero te limitas a estrechar con fuerza la mano del presidente cuando te felicita y es que te sientes la persona más feliz del mundo.

Este es el comienzo de una bonita y tortuosa historia de amor. Anunciarás y proclamarás durante un tiempo que jamás volverás a examinarte. Este convencimiento irá perdiendo fuerza  a medida que sigas entrenando y asistas al avance en los grados del resto de tus compañeros. Te volverás a presentar, aprobarás y volverás a proclamar lo mismo y así hasta que EL CUERPO AGUANTE.

martes, 6 de agosto de 2013

EXAMEN DE CINTURÓN NEGRO DE KARATE (I) (Preparación y Prolegómenos)


 Existen dos paralelismo entre las relaciones sexuales y los exámenes de cinturón negro: uno  que entrenas la técnica tú sólo mucho tiempo antes del examen  y otro que la primera vez es cuando más nervioso te pones. El resultado siempre es incierto, así en algunos casos sale bien y en otros te dejan para la siguiente convocatoria. 
De todos los exámenes para cinturón negro, el primero, es el que más tintes de comedia presenta, os cuento:
Todo empieza un día de clase como cualquier otro, pasas al vestuario, saludas a la parroquia y entras en el tatami, dónde está el Sensei (maestro), en este caso Julián, que tras devolverte el saludo te dice:

- El día trece de diciembre hay examen para primer dan-

A lo que tú, que no sabes por dónde te ha entrado, le contestas:

- Muy bien. ¡Suerte a los aspirantes! –

Julián persevera:

- Digo yo, que alguna vez te tendrás que examinar, ¿o vas a estar toda la vida de marrón? –

Tú aparentando aplomo le dices:

- Sí, yo tengo previsto examinarme, pero preparándolo con tranquilidad: empezar a comienzos de año tranquilamente, sacar durante la primavera el examen sin prisas, asentarlo en verano, y en otoño, sin precipitaciones, presentarme a examen.-

        John Wayne en El hombre tranquilo. 
        
Hay que decir que el significado de tu exposición es otro muy distinto al puramente etimológico, es decir, si admitiera traducción al decir sincero, vendría a ser:

- Mira Julián, me gustaría, pero tengo más miedo que siete viejas y como no sea con la guardia civil yo no voy a examen-

Julián no domina idiomas, exclusivamente habla dos: español y por teléfono, pero mira por donde, lo del decir sincero lo traduce en simultáneo, con lo que, no sabes que es peor, si que te lleve la Guardia Civil a examen o que Julián haga gala de su facultad de moviola y repita la jugada tantas veces como sea necesario hasta que tú, rendido, aparezcas con tus noventa y cinco pavos dispuesto a pagar las tasas de examen o a un sicario que le elimine.



Has soltado los noventa  y cinco pavos y a partir de ese momento es cuando sabes a ciencia cierta que irás a examen. Mentalmente te comienzas a preparar, tú que no te has visto en otra más gorda, de repente te pones en situación y te conviertes en un deportista que va a hacer algo importante, vamos,  un deportista de élite; de la élite de Arganda, Campo Real,   Loeches o Velilla de San Antº, da igual, de élite.
Como buen competidor de élite, utilizas técnicas de última generación para preparar el examen; recurres a la visualización. Empiezas a preparar el examen. La pierna,  ¿qué voy a hacer de pierna?, visualizas: Mawashi, Ura-mawashi, Ushiro, Ushiro-mawashi, que coño, Ushiro-mawashi en salto; que visualizado queda como Dios. Que bonito queda. Ahora lo vas a poner en práctica. Tú, con las mismas facultades que el pirata pata palo, que no te ha puesto la ONCE un quiosco por que no te han visto, empiezas a darle vueltas y chico que no hay manera, que lo de la visualización está muy bien, pero te falta transmisión.
Así, después de realizar el viaje de retorno desde visuilandia a Arganda, llegas a la conclusión de que tu eres un especialista de la patada cojonera,  esa, si hombre, Kin-Geri y que donde te sales, que te lo han dicho más de una vez, es con Iza-Geri; así es que no se hable más: marchando un waza de pierna para un paralítico.

         Después de la experiencia, has decidido abandonar la visualización hasta que te hagas mirar lo de la transmisión. Continúas con el examen y llegas a la técnica emparejada. Lo primero que haces es elegir a quien te parece que va a resaltar la fantástica técnica que, sin visualización, has preparado. Empiezas las conversaciones con el elegido y le cuentas lo que tienes preparado: izquierda atrás, suki (ataque de puño directo)  jodan (a la cabeza) pin pin pin y yo acabo con empi (ataque de codo) chudan  al estómago. El otro que normalmente suele ser  de un grado mayor, se lo está oliendo e intenta disuadirte:

 -¿No sería mejor que después de la defensa, me tocaras un poquito la pierna para barrerme, yo me tiro al suelto y desde arriba, con leve contacto, me marcas?-

-Que no, que no, que Julián me tiene dicho que yo lo del empi lo llevo muy bien; yo empi.

Total que al uke le ha quedado claro que va a correr algún riesgo.  

Campo Real, sábado por la mañana a dos semanas vista del examen, Julián:

-A ver la técnica emparejada-

Delante de toda la clase, tu vas a demostrar quién eres tú. El uke pierna izquierda atrás, suki jodan, pin pin pin y yoko-empi chudan al estomago, pero… ¡yoko-empi chudan!. El uke emite un sonido gutural parecido GRRRRRRRR!. Lo que el resto de la clase interpreta como una demostración de concentración y zen puro, no es si no la exteriorización del esfuerzo que ha tenido que hacer para no poner perdido de Cola Cao con galletas a Julián que estaba en frente. Impresionante.

Como toda buena comedia, esta cuenta con su parte surrealista. Llevas entrenando el examen dos meses, se aproxima su fecha y comienzan los simulacros, es decir, Julián, al que estas harto de ver, hasta en pelotas, se pone delante de ti y con cara de acelga y dos tonos por encima del habitual te dice:

-Fulanito, examen-

Se te acelera el corazón, te tiemblan las piernas y tienes que aguantarte un repentino e inoportuno gas. Aquí empieza el muestrario de piezas surrealistas:

Realización: El primer simulacro tiene unos resultados catastróficos: corres como Fernando Alonso, desvirtúas la técnica hasta hacerla irreconocible en algunos casos,  e incluso te equivocas en el kata que has repetido tres mil veces en los últimos sesenta días.

Conclusiones: Julián pide opinión a los cinturones de mayor grado, de todas las consideraciones la mejor siempre es la de algún buen colega, quién después de haberte visto hacer un examen con el que tú no aprobarías ni a tu propio padre dice: -para mí esta bien-.

Orientaciones: Del Sensei, una muy habitual: -¿por qué no respiras cuando haces las técnicas?- Una contestación de un aspirante genial: -por que cuando respiro me ahogo-. Este episodio lo podría rubricar Julián con un: -pues como te ahogues te mato-.

Ha llegado el gran día y aquí descubres lo poco dueño que eres de tu organismo cuando el estado de ansiedad está al mando de tus emociones. Son varias la manifestaciones, según seas, entre las más significativas están:  la inapetencia alimenticia y de otro tipo, esta última acreditada por la reducida dimensión que presenta aquello  en la primera meada del día que suele ser cuando más en forma se suele manifestar; desarreglos intestinales, típica cagalera murciana con la que tienes la impresión de que te vas a dar la vuelta como un calcetín; polaquiuria, ¡si¡ que te meas toito entero, y alguna otra que por ser menos importante pasa más desapercibida.

En el trayecto hacia el lugar del examen, vas recibiendo el ánimo de compañeros, conocidos y desconocidos, estos últimos se suman al coro de voces cuando después de preguntar quien se examina tú levantas la mano. Todos, con la mejor de sus intenciones, se habilitan de expertos Senseis para acabar coincidiendo todos en la misma consigna: la frase tu tranquilo que ya verás como apruebas, acompañada de un manotazo a la espalda; con alguna excepción, eso sí: -¿Es la primera vez que te presentas?, no te preocupes, hasta que llegues a la cuarta como llegué yo todavía te queda-. 

Ya estás en el lugar del examen y.................. continuará.

lunes, 6 de mayo de 2013

Ultra Papis

         No es la primera vez que un sábado, en día de sol, cerca de mediodía, cojo la bicicleta y doy una vuelta. Casi siempre hago una parada en el polideportivo donde, desde muy pronto, se suceden partidos de fútbol de categorías inferiores: infantiles, cadetes o juveniles.
         Es recurrente la sensación con la que llego al polideportivo y con la que me voy. Cuando llego pienso que esa vez será diferente y no sucederá y cuando me voy llevo el mismo disgusto que la vez anterior.
         Y es que no hay nada más bochornoso que asistir al lamentable espectáculo que supone el comportamiento de buena parte de los padres (como plural de padres y madres), durante los partidos. El insulto al árbitro, un adolescente de no más de dieciséis o diecisiete años, forma parte del protocolo de actuación; estoy seguro que no entenderían el partido sin este “aliciente”. El tono del insulto aumenta en la medida que el resultado se aleja de lo esperado. Resulta patético ver como un adulto recrimina a un chaval de doce o trece años como si este también lo fuera. El ambiente de tensión que se genera  entre las aficiones de ambos equipos, compuesta en su mayoría por padres y familiares, se hace irrespirable.
Esta claro que en la conciencia de estos papás lo de menos son los beneficios que reporta la practica deportiva a edades tempranas:     facilitar y mejorar el desarrollo físico, así como incidir de forma positiva en el proceso educacional y de socialización de los chavales; mediante la transmisión de valores como el respeto, el esfuerzo, la constancia, el compañerismo etc..
Para estos papis la victoria del equipo en el que milita su hijo es importante en la media en que la actuación de este sea destacada; si no es así el éxito del conjunto no les reporta demasiada satisfacción. Han hecho una valoración, carente de objetivdad, que sobreestima las condiciones del chaval y esto provoca su actitud, producto de la tensión que les origina ver amenazadas las exageradas expectativas generadas. Son incapaces de entender que lo importante es que su hijo disfrute practicando deporte, con los beneficios que ello le reporta.

Si bien es posible que este escenario se repita en otros deportes o actividades, es evidente que es en el fútbol donde se manifiesta con mayor virulencia. Estos “ultra papis” entienden normal su comportamiento, por que toman como referencia, al igual que sus hijos, el comportamiento de las figuras que idolatran; esas figuras que omitiendo la responsabilidad que supone ser esa referencia, tienen a gala producirse en cada partido de manera zafia, con la vitola del astuto machote.
La imitación es uno de los motores esenciales del aprendizaje humano. Los hijos de estos "ultra papis" imitarán la conducta que observan en sus padres, garantizando, desgraciadamente, la continuidad de estos comportamientos.
                       
El antídoto a esta “epidemia de comportamiento deplorable” está en la cultura. Como la acción de este antídoto, de momento, se antoja lenta, sirve como alivio sintomático conocer que se dan casos como el que me contó Álvaro, un compañero de entrenamiento y ex jugador de fútbol de nivel.
Estaba Álvaro viendo un partido de chavales cuando uno de los jugadores, sin balón de por medio ni jugada próxima, le propinó un codazo a su par que hizo que este cayera al suelo sin respiración. El padre del agresor, que estaba viendo el partido desde la grada, al observar la acción, de inmediato se dirigió a su hijo ordenándole de forma categórica que abandonara el campo. El cabreo del padre hacía totalmente inapelable su decisión, así lo entendió el entrenador que ni se acercó a pedir explicación alguna. Nadie se atrevió a decirle nada a ese padre irritado salvo Álvaro, que se permitió estrecharle la mano y felicitarle por su ejemplar comportamiento.

domingo, 14 de abril de 2013

El último campeón blanco.

Fue a principios de los años ochenta, cuando se empezó a fraguar lo que a la postre se tornó en el dominio africano, abrumador e incontestable, en las pruebas de atletismo de fondo a nivel mundial.
 La incorporación de los africanos supuso un cambio, si cabe, más radical en el panorama del cros, donde la superioridad africana relegó al papel de mera comparsa la participación del resto de los atletas no africanos en los campeonatos mundiales.
En categoría absoluta, el  portugués Carlos Lopes, en el año 1985 en Lisboa; así como en categoría junior, el español Pere Casacuberta en el año 1.984 en Nueva York, fueron los últimos campeones del mundo de cros no africanos.
         Catalán de Vic, nacido en 1.965, Pere Casacuberta, a sus 19 años, era en el año 1.984 una figura del atletismo en ciernes. Por aquel entonces Pere trabajaba como operario en la fábrica de embutidos que la marca Casa Tarradellas tenía en su pueblo.
         El alcalde de Vic tuvo que interceder ante Casa Tarradellas para que Pere pudiera viajar a Nueva York para disputar el campeonato del mundo.
         Ya en los campeonatos mundiales de los años 1.982-83 los juniors etíopes habían hecho doblete. La armada africana ya había comenzado a copar los puestos de honor. La victoria de Pere en la fría edición de Nueva York 1.984, doblegando al sprint al etíope Doju Tessema, fue una gran sorpresa y una enorme alegría para el atletismo español; este chaval apuntaba a lo más alto.
         Ocho meses más tarde, un fatídico accidente laboral truncó la carrera de Pere. Una vagoneta aplastó su tobillo en la fábrica en la que trabajaba. Volvió en 1.986, ganó la cursa de El Corte Inglés, pero no pudo llegar de nuevo a la élite.
         Desde 1.985, ningún corredor blanco ha vuelto a ser campeón mundial de cros, la única excepción al dominio africano, fue el bronce del corredor americano Dathan Ritzenhein en el año 2.001. Esto pone en perspectiva el logro de este español, catalán de Vic, víctima de un fatal accidente, consecuencia del mezquino apoyo que el país al que pertenece prestaba, por aquel entonces, a sus deportistas; con excepción hecha de los futbolistas.
         Creo sinceramente que no es exclusivo de la época actual la aparición de talentos deportivos en España, el matiz diferenciador es que actualmente se dan, sin llegar a ser óptimas, las condiciones  para poder acceder, si se tiene madera, a lo más alto.
         Un grupo musical de su ciudad  ha hecho un video, a modo de homenaje, en el aparece Pere intercalado con imágenes de aquella mítica carrera. Aquí os dejo el enlace: http://vimeo.com/37368746.

viernes, 29 de marzo de 2013

Del sueño de los españoles. (humor)

Según los expertos, los sueños son la fábrica donde nos reparamos mentalmente.
Eduardo Punset cuenta que ya existen mecanismos para acceder y analizar los sueños de los individuos.
No sé si por medio de estos mecanismos a los que se refiere Eduardo Punset o por otros, pero el caso es que la Organización Mundial de la Salud ha hecho público un estudio con el análisis de los sueños de la población europea.
Como suele  suceder en este tipo de estudios, la comparativa entre países nos deja a los españoles a la cola de los países desarrollados.
No es que los españoles lleguemos a soñar en blanco y negro;  pero estamos cerca. Según el informe, cuando en Centro Europa están en el HD, Welta digital  y el dolby sound round, aquí estamos en el  “Techini  – color” y el estéreo.
La publicación de este informe y los pobres resultados  que arroja el análisis del sueño de los españoles, ha desencadenado una tormenta política y económica. Parece ser que los sueños de los españoles son muy recurrentes y poco versátiles; a saber: sueños eróticos y que nos toca el premio gordo de la lotería. Con esto, las agencias de calificación: Moodys , estándar &  Poors  y Fitch, se han apresurado a rebajar la calificación crediticia de la deuda española. El diferencial del bono español con el alemán se ha disparado y el Ibex 35 se ha desplomado. Y todo esto por que los inversores dicen que no se fían de un país donde sus habitantes no sueñan nada más que en follar y tener dinero.
El gobierno, por su parte, se ha puesto manos a la obra para tratar de poner coto a tan gran desmán. Se va a propiciar un diálogo de franca distensión con todos los agentes sociales, que permita hallar un marco premio que garantice unas premisas mínimas, que contribuyan a crear los resortes de un punto de partida sólido y capaz de este a oeste y de sur a norte,  donde establecer las bases de un ambicioso plan que contribuya a poner los cimientos de una plataforma donde edificar una estrategia de futuro. Vamos, ¡Que no van a hacer una mierda !.
No obstante, el Ministerio de Sanidad, está llevando a cabo un plan experimental con una  muestra representativa  de la población, estableciendo unos grupos de control y estudio.
El otro día pude comprobar que, efectivamente, este plan se está llevando a cabo. Estuve en una oficina del INEM., ¡menudo ambientazo! , y mientras esperaba junto a otras doscientas  personas, comprobé que, como de costumbre,  de los veinte puestos de atención al público que hay solo funcionaban cuatro, la mitad estaba tomando café y la otra mitad aliviando las consecuencias  de la propiedad diurética que tiene esta bebida y que el abuso de su consumo provoca. Total que unos tomando, otros cagando y nosotros aguantando. Pero decía, que observé como uno de los cuatro que estaba en ese momento trabajando, no atendía a nadie y estaba como un poco traspuestillo, bueno, traspuestillo, traspuestillo como quien dice traspuestillo, más bien desnucao. En principio pensé, como todos los que se habían dado cuenta, ¡ que morro tiene este tío !, pero luego lo pensé más detenidamente y llegué a la conclusión de que, era muy probable, que  formara parte del Grupo de Control y Estudio del Sueño.
La cosa está muy malita y el personal, en estancias como esta, con poquito se altera. Empezaron a recriminarle en voz alta: -¡ Te arropamos, no vaya a ser que te enfríes ¡-.
             No era justo, aquel funcionario, lejos de lo que pudiera parecer, estaba trabajando, y así se lo hice saber a la gente que le increpaba: - No os pongáis así con él, que aunque parezca lo contrario, está trabajando. Pertenece al Grupo de Control y Estudio del Sueño .
Como ya he dicho, la cosa está muy malita, y en circunstancias como esta, hay para el que la está haciendo y para el entaro que sale a justificarle.  Con lo que después de mi brillante argumentación una señorita con cara de pocos amigos me dijo: - entonces el funcionario sopa es del Grupo de Control y tú ¿de qué eres, del congreso de Gilipollas que hay esta tarde en Getafe?.
Hay otro curioso dato del informe  que dice que el temperamento impaciente de los españoles hace que en determinado tipo de sueños tengamos tendencia a acelerar los acontecimientos. Toma el informe como referencia el sueño de un albañil,   que llega una tarde a su casa, de su nuevo curro de vigilante de seguridad de a doce horas la jornada, y se encuentra que no está la parienta. En su lugar se encuentra a cuatro tías y dos tíos montando una orgía del copón. El albañil que nunca ha estado en una orgía, quitándose la ropa a toda leche, dice: -esta es la mía- y se tira sin pensárselo al mogollón. Treinta minutos más tarde se despierta asimismo del sueño con un grito de ¡¡¡ AQUÍ FALTA ORGANIZACIÓN !!! . Se está estudiando cual sería la causa del grito demandante del albañil si su singular situación laboral u otra.
La presión de los gobiernos ha propiciado que una parte del detalle de los sueños del informe no haya visto la luz, especialmente aquellos que evidencian las carencias del país. Pero para eso están las filtraciones a los medios afines; si es que conviene. Así, hace unos días un diario alemán publicó la filtración de un sueño del informe que dejaba en entredicho el entorno laboral medio así como la asistencia sanitaria de los españoles.
" Común de los mortales español,  que sueña que un día en el servicio de su trabajo, después de mear, sufre uno de los peores accidentes que un hombre  puede tener: se la pilla con la cremallera del pantalón; en este caso pantalón vaquero con una recia cremallera. Primero intenta deshacer el entuerto; pero la situación es complicada y no lo consigue. Piensa en utilizar el teléfono móvil, pero no sabe a quién llamar; y es que no puede salir con todo el guiso a la mitad de la oficina. Decide llamar al técnico en prevención de riesgos laborales; cuando este recibe la llamada y le dice que vaya al servicio que le está esperando, le contesta, no sin guasa, que a él le gustan las mujeres y que espera morir virgen. Se persona el técnico en prevención en el servicio, observa detenidamente la estampa y de entrada se tiene que aguantar la risa para después pedir perdón.
-¡Esto no es Accidente de Trabajo  ni Enfermedad Profesional!
Risa y vuelta a pedir perdón.
-Macho hay que mandarte a la Seguridad Social, de momento, lo único que se me ocurre es que pase la secretaria a darte un masajito-
Risa y vuelta a pedir perdón.
-Yo no puedo llevarte, estoy muy ocupado-
Dice, mientras piensa que se coma el marrón otro que no se haya visto afectado por el expediente de reducción de jornada que, para cumplir el criterio de eficiencia del grupo, ha llevado a cabo la empresa.
-Llamamos a un conductor del almacén para que te lleve-.
El accidentado lleva la misma pinta que llevaba Cachuli cuando iba a declarar a los juzgados, es decir, las manos cruzadas por delante a  la altura de la cintura y una chaqueta por encima.
Llegados a la Seguridad Social, han cogido una silla de ruedas, llegan a una concurridísima sala de espera,  y  Benigno, que es el conductor bruto de su empresa que le ha llevado, deja a un lado la silla y camina hasta la mesa de un ATS que se encarga de recepcionar las urgencias. Después de  una corta conversación,  Benigno se vuelve hacia el accidentado y desde la otra punta de la sala a voz en grito le pregunta:
-¡¡ Oye !! . ¿Qué ha sido, badajo o campana?-.
 El accidentado se quiere morir, el ATS ya lo está haciendo, pero de risa. Benigno que piensa que no le ha entendido, se acerca y ya más bajito y de modo más explícito y comedido, le dice:
  -¿Qué si te has pillado la picha o los huevos?-
Una vez en el interior de la consulta el ATS valora que, efectivamente, la cosa no pinta bien y que va a precisar de una pequeña incisión que permita liberar el atrapamiento; operación que deberá llevar a cabo un cirujano.
-Salga a la sala de espera y en el momento que el cirujano esté disponible le avisamos-
Tres horas más tarde  el ATS llama a Benigno para que a su vez comunique al accidentado como se resolverá su problema. Tras una corta conversación con el ATS, Benigno vuelve y le dice al accidentado:
-Tengo dos noticias que darte; una buena y una mala. ¿Por cual quieres que empiece?-
-Por la buena-
Contesta el accidentado
-Ya está preparado el quirófano y acaba de llegar el cirujano-
Dice Benigno
- ¿Y la mala?
Pregunta el accidentado
- Que te ha tocado un cirujano con Parkinson-
En ese momento este  español común  se despierta de un sobresalto con el corazón a doscientos, la respiración alterada, sudores fríos y el miembro viril del tamaño de un guisante. "
                Como no podía ser de otra manera, la publicación de este sueño ha provocado un torrente de valoraciones. La más significativa es la del comisario de economía de la Unión Europea, quien ha dicho sentirse muy satisfecho, pues opina que la recurrencia de los sueños de los españoles se está corrigiendo.  Si bien que nos toca el premio gordo de la lotería todavía está vigente, lo de los sueños eróticos queda relegado, a la vista de la publicación filtrada, a un plano muy,  pero que muy, secundario.

jueves, 21 de marzo de 2013

Miguel Ángel Ayala " El último Samurai"




Artículo sobre  Miguel Ángel Ayala titulado "El último Samurai". Publicado en Corricolari en enero de 2.009 y del que soy autor. Para mí una doble satisfacción, primero por erigirme como improvisado y modesto representante de la opnión de cuantos le conocemos, haciéndo público el reconocimiento a su singular figura, y segundo por haber visto publicado el artículo en Corricolari; un medio de ámbito nacional y de reconocido prestigio entre las gentes del mundo del correr.
 

sábado, 16 de marzo de 2013

Larga vida al atletismo popular.

                El que fuera fundador del califato de Córdoba (929-964), Abd al Rahman III, reinó cincuenta años, siete meses y tres días. Cuando falleció, encontraron entre sus papeles personales una lista de los días felices de su vida: solamente catorce, y no seguidos.
                Si Abd al Rahman III hubiera pertenecido a la época contemporánea y además hubiera sido corredor popular, a buen seguro que entre esos catorces días de felicidad que señalaba su lista, se encontraría el día en que finalizó algún maratón: el primero, el de la mejor marca, el que hizo con su hijo, o cualquier otro; existiendo la posibilidad de que hubiera más de uno anotado.
                La participación en las carreras, cual aquelarre que busca elevar a su máxima expresión el estímulo de la producción de endorfinas, constituye para todos los corredores populares  el elixir de la felicidad que, a menudo,  nos hace sentir como califas en día de júbilo.
Volverá el último domingo del mes de abril y con él uno de los mayores “aquelarres pedestres” de España: el  Maratón de Madrid.
Con el objetivo de alcanzar a satisfacer las emociones y sentimientos que esta celebración ofrece,  los corredores populares, una vez  más, se abandonaran a esa suerte de inercia que les hace cumplir con el mismo ritual cada año, a saber: se inscribirán, algunos como en años anteriores, otros por primera vez, pero todos sabiendo que no ganarán. Empezarán a correr la carrera la noche anterior, aquellos que logren conciliar el sueño, soñaran que corrían. Llegará la mañana, se levantaran como un niño en día de reyes: nerviosos e ilusionados. Prepararán la ropa, las zapatillas, el chip  y el dorsal, como si del traje o vestido de su boda se tratara.  Llegarán al Parque del Retiro, intercambiarán saludos con compañeros de entrenamiento y conocidos. Para relajar la presión que supone el cumplimiento de sus íntimas expectativas, se permitirán alguna “mentirijilla” sobre su estado físico.  En la salida volverán a estrenar estado ansiedad. A partir de ahí, emprenderán la aventura que siendo la misma siempre es distinta. Volverán a sufrir la orografía de Madrid con sus consecuencias. Se dejarán abrazar por el cálido aliento que suponen los aplausos y gritos de ánimo del numeroso público que, como siempre en Madrid, espera  apostado en las aceras, dando muestras de reconocimiento del primero al último corredor. Llegarán a meta y en calidad de reporteros improvisados, irán narrando e intercambiando una y otra vez  la escueta crónica de su carrera. Y con la paliza a cuestas “volverá rico a su riqueza, el pobre a su pobreza y el señor cura a sus mismas”; cada uno con su bagaje y todos pensando en el año próximo.  
 Decía el Doctor George Sheehan <<Por cada corredor que recorre el mundo participando en maratones, hay miles que corren por el gusto de escuchar las hojas y la lluvia y que esperan que llegue el día en que les resulte todo tan fácil como a un pájaro volar. Para ellos el deporte no es una prueba, sino una terapia; no es un desafío, sino una recompensa; no una pregunta, sino una respuesta >>. Cada corredor que recorre el mundo participando en maratones o simplemente corriendo anualmente el de su ciudad, también le gusta escuchar las hojas y la lluvia. Para ellos la prueba en sí misma es una terapia, y la sensación de plenitud cuando se vence al desafío es la recompensa. Probablemente  sea más ambicioso su anhelo por alcanzar semejanza con un pájaro: buscan levitar, y son muchos los que lo consiguen. Para comprobarlo solo hay que pararse y esperar en la meta de cualquier maratón. El brillo de los ojos, en algunos casos traducido en llanto incontenible; los brazos y la mirada al cielo con gestos indicativos de  “va por ti”; o el largo abrazo al compañero, amigo o familiar, son signos o gestos que evidencian que el triunfo sobre el reto planteado ha provocado en el corredor un estado de éxtasis que en contraposición a la fuerza de la gravedad le han hecho conocer las sensación de levitar.
La práctica de la carrera nos proporciona momentos que nos hace sentir felices y mejores. Por ello, sin ambages,  tenemos que encumbrar nuestra afición en la medida que lo merece: ¡¡ Larga vida al atletismo popular !!.