Puedo escribir y no disimular, es la ventaja de irse haciéndo viejo, no tengo nada con que impresionar, ni por fuera ni por dentro.
(Adolfo "Fito" Cabrales)



viernes, 29 de marzo de 2013

Del sueño de los españoles. (humor)

Según los expertos, los sueños son la fábrica donde nos reparamos mentalmente.
Eduardo Punset cuenta que ya existen mecanismos para acceder y analizar los sueños de los individuos.
No sé si por medio de estos mecanismos a los que se refiere Eduardo Punset o por otros, pero el caso es que la Organización Mundial de la Salud ha hecho público un estudio con el análisis de los sueños de la población europea.
Como suele  suceder en este tipo de estudios, la comparativa entre países nos deja a los españoles a la cola de los países desarrollados.
No es que los españoles lleguemos a soñar en blanco y negro;  pero estamos cerca. Según el informe, cuando en Centro Europa están en el HD, Welta digital  y el dolby sound round, aquí estamos en el  “Techini  – color” y el estéreo.
La publicación de este informe y los pobres resultados  que arroja el análisis del sueño de los españoles, ha desencadenado una tormenta política y económica. Parece ser que los sueños de los españoles son muy recurrentes y poco versátiles; a saber: sueños eróticos y que nos toca el premio gordo de la lotería. Con esto, las agencias de calificación: Moodys , estándar &  Poors  y Fitch, se han apresurado a rebajar la calificación crediticia de la deuda española. El diferencial del bono español con el alemán se ha disparado y el Ibex 35 se ha desplomado. Y todo esto por que los inversores dicen que no se fían de un país donde sus habitantes no sueñan nada más que en follar y tener dinero.
El gobierno, por su parte, se ha puesto manos a la obra para tratar de poner coto a tan gran desmán. Se va a propiciar un diálogo de franca distensión con todos los agentes sociales, que permita hallar un marco premio que garantice unas premisas mínimas, que contribuyan a crear los resortes de un punto de partida sólido y capaz de este a oeste y de sur a norte,  donde establecer las bases de un ambicioso plan que contribuya a poner los cimientos de una plataforma donde edificar una estrategia de futuro. Vamos, ¡Que no van a hacer una mierda !.
No obstante, el Ministerio de Sanidad, está llevando a cabo un plan experimental con una  muestra representativa  de la población, estableciendo unos grupos de control y estudio.
El otro día pude comprobar que, efectivamente, este plan se está llevando a cabo. Estuve en una oficina del INEM., ¡menudo ambientazo! , y mientras esperaba junto a otras doscientas  personas, comprobé que, como de costumbre,  de los veinte puestos de atención al público que hay solo funcionaban cuatro, la mitad estaba tomando café y la otra mitad aliviando las consecuencias  de la propiedad diurética que tiene esta bebida y que el abuso de su consumo provoca. Total que unos tomando, otros cagando y nosotros aguantando. Pero decía, que observé como uno de los cuatro que estaba en ese momento trabajando, no atendía a nadie y estaba como un poco traspuestillo, bueno, traspuestillo, traspuestillo como quien dice traspuestillo, más bien desnucao. En principio pensé, como todos los que se habían dado cuenta, ¡ que morro tiene este tío !, pero luego lo pensé más detenidamente y llegué a la conclusión de que, era muy probable, que  formara parte del Grupo de Control y Estudio del Sueño.
La cosa está muy malita y el personal, en estancias como esta, con poquito se altera. Empezaron a recriminarle en voz alta: -¡ Te arropamos, no vaya a ser que te enfríes ¡-.
             No era justo, aquel funcionario, lejos de lo que pudiera parecer, estaba trabajando, y así se lo hice saber a la gente que le increpaba: - No os pongáis así con él, que aunque parezca lo contrario, está trabajando. Pertenece al Grupo de Control y Estudio del Sueño .
Como ya he dicho, la cosa está muy malita, y en circunstancias como esta, hay para el que la está haciendo y para el entaro que sale a justificarle.  Con lo que después de mi brillante argumentación una señorita con cara de pocos amigos me dijo: - entonces el funcionario sopa es del Grupo de Control y tú ¿de qué eres, del congreso de Gilipollas que hay esta tarde en Getafe?.
Hay otro curioso dato del informe  que dice que el temperamento impaciente de los españoles hace que en determinado tipo de sueños tengamos tendencia a acelerar los acontecimientos. Toma el informe como referencia el sueño de un albañil,   que llega una tarde a su casa, de su nuevo curro de vigilante de seguridad de a doce horas la jornada, y se encuentra que no está la parienta. En su lugar se encuentra a cuatro tías y dos tíos montando una orgía del copón. El albañil que nunca ha estado en una orgía, quitándose la ropa a toda leche, dice: -esta es la mía- y se tira sin pensárselo al mogollón. Treinta minutos más tarde se despierta asimismo del sueño con un grito de ¡¡¡ AQUÍ FALTA ORGANIZACIÓN !!! . Se está estudiando cual sería la causa del grito demandante del albañil si su singular situación laboral u otra.
La presión de los gobiernos ha propiciado que una parte del detalle de los sueños del informe no haya visto la luz, especialmente aquellos que evidencian las carencias del país. Pero para eso están las filtraciones a los medios afines; si es que conviene. Así, hace unos días un diario alemán publicó la filtración de un sueño del informe que dejaba en entredicho el entorno laboral medio así como la asistencia sanitaria de los españoles.
" Común de los mortales español,  que sueña que un día en el servicio de su trabajo, después de mear, sufre uno de los peores accidentes que un hombre  puede tener: se la pilla con la cremallera del pantalón; en este caso pantalón vaquero con una recia cremallera. Primero intenta deshacer el entuerto; pero la situación es complicada y no lo consigue. Piensa en utilizar el teléfono móvil, pero no sabe a quién llamar; y es que no puede salir con todo el guiso a la mitad de la oficina. Decide llamar al técnico en prevención de riesgos laborales; cuando este recibe la llamada y le dice que vaya al servicio que le está esperando, le contesta, no sin guasa, que a él le gustan las mujeres y que espera morir virgen. Se persona el técnico en prevención en el servicio, observa detenidamente la estampa y de entrada se tiene que aguantar la risa para después pedir perdón.
-¡Esto no es Accidente de Trabajo  ni Enfermedad Profesional!
Risa y vuelta a pedir perdón.
-Macho hay que mandarte a la Seguridad Social, de momento, lo único que se me ocurre es que pase la secretaria a darte un masajito-
Risa y vuelta a pedir perdón.
-Yo no puedo llevarte, estoy muy ocupado-
Dice, mientras piensa que se coma el marrón otro que no se haya visto afectado por el expediente de reducción de jornada que, para cumplir el criterio de eficiencia del grupo, ha llevado a cabo la empresa.
-Llamamos a un conductor del almacén para que te lleve-.
El accidentado lleva la misma pinta que llevaba Cachuli cuando iba a declarar a los juzgados, es decir, las manos cruzadas por delante a  la altura de la cintura y una chaqueta por encima.
Llegados a la Seguridad Social, han cogido una silla de ruedas, llegan a una concurridísima sala de espera,  y  Benigno, que es el conductor bruto de su empresa que le ha llevado, deja a un lado la silla y camina hasta la mesa de un ATS que se encarga de recepcionar las urgencias. Después de  una corta conversación,  Benigno se vuelve hacia el accidentado y desde la otra punta de la sala a voz en grito le pregunta:
-¡¡ Oye !! . ¿Qué ha sido, badajo o campana?-.
 El accidentado se quiere morir, el ATS ya lo está haciendo, pero de risa. Benigno que piensa que no le ha entendido, se acerca y ya más bajito y de modo más explícito y comedido, le dice:
  -¿Qué si te has pillado la picha o los huevos?-
Una vez en el interior de la consulta el ATS valora que, efectivamente, la cosa no pinta bien y que va a precisar de una pequeña incisión que permita liberar el atrapamiento; operación que deberá llevar a cabo un cirujano.
-Salga a la sala de espera y en el momento que el cirujano esté disponible le avisamos-
Tres horas más tarde  el ATS llama a Benigno para que a su vez comunique al accidentado como se resolverá su problema. Tras una corta conversación con el ATS, Benigno vuelve y le dice al accidentado:
-Tengo dos noticias que darte; una buena y una mala. ¿Por cual quieres que empiece?-
-Por la buena-
Contesta el accidentado
-Ya está preparado el quirófano y acaba de llegar el cirujano-
Dice Benigno
- ¿Y la mala?
Pregunta el accidentado
- Que te ha tocado un cirujano con Parkinson-
En ese momento este  español común  se despierta de un sobresalto con el corazón a doscientos, la respiración alterada, sudores fríos y el miembro viril del tamaño de un guisante. "
                Como no podía ser de otra manera, la publicación de este sueño ha provocado un torrente de valoraciones. La más significativa es la del comisario de economía de la Unión Europea, quien ha dicho sentirse muy satisfecho, pues opina que la recurrencia de los sueños de los españoles se está corrigiendo.  Si bien que nos toca el premio gordo de la lotería todavía está vigente, lo de los sueños eróticos queda relegado, a la vista de la publicación filtrada, a un plano muy,  pero que muy, secundario.

jueves, 21 de marzo de 2013

Miguel Ángel Ayala " El último Samurai"




Artículo sobre  Miguel Ángel Ayala titulado "El último Samurai". Publicado en Corricolari en enero de 2.009 y del que soy autor. Para mí una doble satisfacción, primero por erigirme como improvisado y modesto representante de la opnión de cuantos le conocemos, haciéndo público el reconocimiento a su singular figura, y segundo por haber visto publicado el artículo en Corricolari; un medio de ámbito nacional y de reconocido prestigio entre las gentes del mundo del correr.
 

sábado, 16 de marzo de 2013

Larga vida al atletismo popular.

                El que fuera fundador del califato de Córdoba (929-964), Abd al Rahman III, reinó cincuenta años, siete meses y tres días. Cuando falleció, encontraron entre sus papeles personales una lista de los días felices de su vida: solamente catorce, y no seguidos.
                Si Abd al Rahman III hubiera pertenecido a la época contemporánea y además hubiera sido corredor popular, a buen seguro que entre esos catorces días de felicidad que señalaba su lista, se encontraría el día en que finalizó algún maratón: el primero, el de la mejor marca, el que hizo con su hijo, o cualquier otro; existiendo la posibilidad de que hubiera más de uno anotado.
                La participación en las carreras, cual aquelarre que busca elevar a su máxima expresión el estímulo de la producción de endorfinas, constituye para todos los corredores populares  el elixir de la felicidad que, a menudo,  nos hace sentir como califas en día de júbilo.
Volverá el último domingo del mes de abril y con él uno de los mayores “aquelarres pedestres” de España: el  Maratón de Madrid.
Con el objetivo de alcanzar a satisfacer las emociones y sentimientos que esta celebración ofrece,  los corredores populares, una vez  más, se abandonaran a esa suerte de inercia que les hace cumplir con el mismo ritual cada año, a saber: se inscribirán, algunos como en años anteriores, otros por primera vez, pero todos sabiendo que no ganarán. Empezarán a correr la carrera la noche anterior, aquellos que logren conciliar el sueño, soñaran que corrían. Llegará la mañana, se levantaran como un niño en día de reyes: nerviosos e ilusionados. Prepararán la ropa, las zapatillas, el chip  y el dorsal, como si del traje o vestido de su boda se tratara.  Llegarán al Parque del Retiro, intercambiarán saludos con compañeros de entrenamiento y conocidos. Para relajar la presión que supone el cumplimiento de sus íntimas expectativas, se permitirán alguna “mentirijilla” sobre su estado físico.  En la salida volverán a estrenar estado ansiedad. A partir de ahí, emprenderán la aventura que siendo la misma siempre es distinta. Volverán a sufrir la orografía de Madrid con sus consecuencias. Se dejarán abrazar por el cálido aliento que suponen los aplausos y gritos de ánimo del numeroso público que, como siempre en Madrid, espera  apostado en las aceras, dando muestras de reconocimiento del primero al último corredor. Llegarán a meta y en calidad de reporteros improvisados, irán narrando e intercambiando una y otra vez  la escueta crónica de su carrera. Y con la paliza a cuestas “volverá rico a su riqueza, el pobre a su pobreza y el señor cura a sus mismas”; cada uno con su bagaje y todos pensando en el año próximo.  
 Decía el Doctor George Sheehan <<Por cada corredor que recorre el mundo participando en maratones, hay miles que corren por el gusto de escuchar las hojas y la lluvia y que esperan que llegue el día en que les resulte todo tan fácil como a un pájaro volar. Para ellos el deporte no es una prueba, sino una terapia; no es un desafío, sino una recompensa; no una pregunta, sino una respuesta >>. Cada corredor que recorre el mundo participando en maratones o simplemente corriendo anualmente el de su ciudad, también le gusta escuchar las hojas y la lluvia. Para ellos la prueba en sí misma es una terapia, y la sensación de plenitud cuando se vence al desafío es la recompensa. Probablemente  sea más ambicioso su anhelo por alcanzar semejanza con un pájaro: buscan levitar, y son muchos los que lo consiguen. Para comprobarlo solo hay que pararse y esperar en la meta de cualquier maratón. El brillo de los ojos, en algunos casos traducido en llanto incontenible; los brazos y la mirada al cielo con gestos indicativos de  “va por ti”; o el largo abrazo al compañero, amigo o familiar, son signos o gestos que evidencian que el triunfo sobre el reto planteado ha provocado en el corredor un estado de éxtasis que en contraposición a la fuerza de la gravedad le han hecho conocer las sensación de levitar.
La práctica de la carrera nos proporciona momentos que nos hace sentir felices y mejores. Por ello, sin ambages,  tenemos que encumbrar nuestra afición en la medida que lo merece: ¡¡ Larga vida al atletismo popular !!.